miércoles, 6 de diciembre de 2006

Los Hombrecillos Rojos




En un pueblo llamado El Zapotal, donde abunda este árbol y sus frutos, situado entre tipitapa y Managua, ocurrió un enamoramiento extraordinario. Los hombrecillos rojos se enamoraron de una joven zapoteña, embarazada, llamada Josefina Montes, conocida como chepita la cegua de la familia
"los chachalacas" .
Chepita pensaba que la presencia y compañía de los hombrecillos quienes la acompañaban en sus caminatas era producto de su imaginación.
La muchacha acompañó durante años a su madre en el puesto de frutas que tenían a orillas de la carretera. De vez en cuando Doña María la enviaba en búsqueda de frutas frescas en las huertas vecinas y fue durante esas andanzas que comenzó a ser acompañada por los duendes.
La cegua fue creciendo en belleza y hermosura. Una mañana fresca se topó con Anselmo, trabajador de la hacienda el ojo de agua, a quien le entregó su corazón y también su cuerpo.
El joven, hijo de la familia llamada « Los Cususa » y apesar del apellido no tomaba ni una gota de aguardiente, era alto, apuesto, robusto, sus ojos eran dos almendras de color negro. En su comarca era conocido también como « el chino ».
Durante dos meses Anselmo y ella tuvieron una relación secreta y los únicos testigos de ese amor fueron los acompañantes incondicionales de la joven. Testigos discretos pues se le escondian a Anselmo ya que caminaba siempre con su machete bien afilado.
Los hombrecillos rojos se volvieron más insistentes,espiándola hasta en los momentos más íntimos.



La muchacha se embarazó desde la primera vez y su cuerpo fue transformandose, proporcionandole más gracia.

Igualmente creció el acoso de los hombrecillos que le impedian dormir la siesta. Un mediodía sintió un cosquilleo en su vientre inflado y dijo : !qué ! !que quieren ! !no jodan !, se pararon ese día para reanudar nuevamente los días siguientes. Se oían las risillas burlonas de los hombrecillos rojos : jijiji,jijiji.
Los espíritus burlones se habían enamorado de ella desde años antes pero ahora que la veían bella y bien acompañada se volvían insoportables al punto de perjudicarle la salud. Los hombrecillos no tuvieron el coraje de presentarse ante Anselmo, temían a su rula( machete) afilada que no la dejaba en ningun momento. Por supuesto que por amor no hubiera vacilado a cortarles el pito.
Preocupada la chepita consultó a sus padres y a un evangélico del lugar pero las resoluciones tomadas fueron infructuosas.
La madre fijó una estrategia para calmarlos y aconsejó una práctica oída de sus abuelos.
« tienes que vestirte de rojo todos los días y a todas horas »
- Y porqué ese color preguntó ella.
- El rojo los calma y los espanta, le respondió.
- Buscando que me levante un toro y me arrastre en el lodazal, ripostó al final. Pero la joven chachalaca asintió por el bien de todos y en especial por su criatura.
- Los duendes le sobaban las manos, la barriga, el pelo largo. La muchacha se acostumbró a esta compañía aunque no disimulaba su enojo. Y a pesar de vestirse de rojo sin interrupción posible a cada día y a cada hora las visitas no pararon.
- El dia del parto llegó. Por la mañana la cegua estuvo cortando naranjas en el patio de la casona, los hombrecillos rojos se burlaron una vez más. Al cortar cada naranja lanzaban un quejidito lastimero, aaay, aaay, aaay, desde que ella vivía con Anselmo los hombrecillos rojos imitaban los quejidos amorosos que compartía con su hombre.
- Esa presencia inoportuna la exasperaba, se quejó y los mandó al infierno .
Por la tarde al caer el ocaso la chica sintió los dolores del parto. Los chachalacas se pusieron en movimiento, la madre iba a partiarla ella misma en el catre familiar. Doña María preparó unos purgantes con cascaritas de jiñocuabo y miel, para que limpiara las impurezas antes y después del parto.
Los dolores aumentaban, fueron intensificandose. La chepita sudaba, cerraba los ojos, empuñaba las manos, cada vez que una contracción aparecía. Doña María, hija de partera desde varias generaciones le sobaba la barriga preparandola para una expulsion normal ya que estaban artravezados.
El cuarto estaba a media luz, la chepita paría con dificultad, gritó una o dos veces para expulsar con este gesto todos los traumas de su niñez. Los hombrecillos rojos asistían al parto, el acontecimiento los espantó y salieron despavoridos al momento en que chepita la cegua expulsaba uno detrás de otro un par de gemelos velludos.
- Desde esa noche desaparecieron de los alrededores y la chepita no los volvió a oir más. Ella tuvo dos magníficos varoncitos Anselmito y Pablito. Curiosamente el primero fue pareciendose a su padre cada vez más, el segundo a nadie en particular y la chepita por pudor no quiso decir que Pablito tenía la boca parecida a la de los hombrecillos rojos .Lo mejor de todo es que desaparecieron de su vida. No se supo el porqué de esta huida aunque nos imagínemos las peores razones.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

hola es muy bonito tu blog

Anónimo dijo...

Hola Salvadora, muchísimo gusto en conocerte y conocer tu trabajo. Muy interesante tu estilo. Espero que sigás adelante con los cuentos, ya que nuestra cultura es rica y bonita.

También tengo otro blog (apenas lo acabo de comenzar esta semana) No se trata de cuentos, pero si de páginas nuevas que salen en internet que nos pueden servir para enriquecer nuestras páginas. Cualquier cosa, a la orden.

Este es el sitio: http://isaabelle.wordpress.com/
Si te vas donde dice "bloggers nicas", allí he formado una lista de nicas que tienen blogs, y por supuesto acabo de poner tu nombre también.

Espero que sigamos en contacto, ya que el motivo de tu blog me es sumamente interesante.

Saludos

Anónimo dijo...

bueno la verdad es que como nicaraguense que soy me siento orgulloso de que hallan personas asi como tu la verdad es que te felicito por tu trabajo pues es muy bonito recordar lo que mis abuelos y amigos decian cuando yo estaba muy pequeño. le deseo suerte en su trabajo y que siga adelante bye atte: Moises Ernesto Tellez Mercado. 21 años leones.

Anónimo dijo...

hola es muy bueno que escribas parte historica de nuestro pueblo yo soy puro chinandegano y de un pueblito que se llama santo tomas del norte es mi pueblo que tanto quiero y poreso mesiento orgulloso de ser nica y siga adelante eso es muy hermoso ok hasta proto DOUGLAS

Anónimo dijo...

los felicito estos cuentos es tan muy bonitos

Unknown dijo...

Buenas leyendas nicaraguenses las incluyo en la mejor coleccion de leyendas Nicas Leyendas Nicas

Anónimo dijo...

quien lo escribio

Unknown dijo...

felicito al quien iso este cuento tan bonito ...tanto para niños como para jóvenes

Anónimo dijo...

Muy bonito cuento esta súper